El tiempo nos va gastando
una a una
las células y los sueños
y llega un día en que nos convertimos
tan sólo en un cúmulo de desechos
habremos de dejar
entonces
de lado
este cuerpo
y marchar a no sé dónde
en busca de no sé qué dios
o en busca de nosotros mismos
o simplemente nos quedamos
siendo aire
vacío
nada
como gotas de lo etéreo
Tal vez al morirnos
no marchamos a ningún lado
tal vez no somos
y si somos no lo sabemos.
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