Al perro de Matías
le gustaba comer maní
y todas las mañanas
lo buscaba porque sí
Al gato de Ernestina
también le gustaba el maní
pero esperaba confiado
que el perro dejara algo porque sí
En cambio la tortuga de Pedro
odiaba el maní
y cuando sus amigos comían
se marchaba de allí
Un día se cansó el perro
de trabajar para él y para el gato
y dijo: Basta ya no más
estoy harto de maní
entonces el gato
obligó a la tortuga
a traerle cada día
una porción de maní
y vaya cambio
resultó la tortuga
una experta
en comer maní
El pobre del gato
se quedó esperando
porque no
y porque sí
Hasta que cansado de esperar
decidió olvidarse del maní
total y mirando al perro
hay cosas mejores por ahí
El perro mascaba huesos
y al ver llegar al gato pensó
ya me veo trabajando como burro
mejor desde ahora hierba como yo
y masca hierba el perro
el gato busca sus huesos por ahí
y la tortuga en un rincón
olvidada del mundo masca su maní.
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