viernes, 16 de septiembre de 2016

1893 - 10

La vida es
tal vez sin quererlo
en tanto el tiempo
marca los segundos
como un pez enloquecido
que devora a sus hijos
recién nacidos

La vida es
tal vez sin quererlo
en tanto el invierno
arroja gotas de agua
y ráfagas de viento
sobre las calles solitarias
y las casas
donde habitan los hombres
y su temor a morir
en manos del cáncer
los neutrones
y el desespero

La vida es
tal vez sin quererlo
en tanto dios hace fuerza
al comprender que va perdiendo
la apuesta absurda
que hiciera algún día
con ese ángel maldito
que es él mismo
y que habita alucinado
en sus venas de estrellas
y su cerebro de infinitos.

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