Odio a los microbios
que te atacan en silencio
que te roban la calma
que te llenan el rostro
de una desesperanza insana
que te hacen más niña
y más indefensa
los odio
Odio las mañanas
de tu risa débil
por culpa de esos terribles
enanos infames
Los odio
quisiera cogerlos
amarrarlos a un árbol
y penetrar en su cuerpo
y contagiarles
extrañas enfermedades
para que sepan lo que hacen
con tu cuerpo pequeño
quisiera sentarme a discutir con ellos
a firmar
extraños pactos de paz
para que se alejen de ti
y terminen su guerra absurda
en las fronteras de tu cuerpo
Quisiera hacerles comprender
que si se enamoraron de ti
no tienen que atacarte
que tú los cuidarías con amor
si con amor llegaran
a pedirte ser
parte de tu vida
Odio los microbios
que te atacan en la noche
una noche
que no quisiera compartir con nadie
y menos con millones de microbios asesinos.
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