miércoles, 15 de junio de 2016

LA LEYENDA DE LOS HIJOS DE LOS HIJOS




UNO
Todo lo tenemos
somos uno con el agua
con la tierra y con el viento.

DOS
Estamos aquí desde el comienzo de todo desde el día lejano en que fueron creados nuestros primeros padres, por los dioses protectores que les dieron el secreto del juego y el milagro de la semilla, como herencia eterna para los hijos de los hijos.

TRES
El viento como una saeta cruza los oídos del espacio y el movimiento; cobran vida los árboles, los pájaros murmuran tretas secretas para proteger a los polluelos en  los nidos; el agua engendra peces hijos de las algas y las piedras ¿Hay acaso mayor privilegio que ser hijos de los hijos del tronco de los primeros padres?

CORO  DE CUERVOS
Por la mar se acercan los hijos de los dioses, destinados a destruir a los hijos de los primeros hombres, tienen cuerpos que se parten y la piel cubierta de pelo como coraza de fiera, son dueños del trueno y tienen los ojos pintados de oro.

AYAIMA
Todos los sueños son tejidos en la luna por dioses antiguos que todo lo saben y que están en cada lugar, sueña el maíz con el viento y el río con la sombra de los pájaros y los adolescentes con la fiesta de la caza y Ayaima con la muerte que ronda.

PANAMAY
Solo puedo soñar con el pecho fuerte de mi señor, con su brazo cubierto de historias, con su agilidad tras el venado, con su mirada que todo lo aclara porque carece de mentira.

UNO
Debemos averiguar qué hay de cierto en esos ecos que murmuran los cuervos.

TRES
Hemos rescatado a los dioses perdidos en el bosque cuando las tribus buscaban el lugar designado, hemos sellado el pacto con los autores de todo y no pueden los dioses enviarnos la muerte en las manos níveas de los hijos de sus entrañas ¡Preparad la fiesta llegan a nosotros aquellos que son sangre de la sangre que dio vida a nuestra primera sangre!

DOS
Tus palabras son bálsamo a mis oídos que saben el valor de los relatos que dicen que un día vendrán los dioses a completar la obra de los hijos de los hijos ¡Vestid el bosque de hojas de oro! ¡Engalanad las doncellas! ¡Que se vistan los guerreros su vestido de fiesta! 

UNO
Sería mejor saber qué pasa.

PANAMAY
¿Dónde estará mi valiente? Él debería recibir a los dioses, él que es dios entre los hombres por su porte, por su agilidad, por su todo.

UNO

Decidme cuervos: ¿A qué habrán venido?

CORO  DE CUERVOS
Ya están cerca. Ya se escuchan sus ecos.  Vienen en su cuerpo de cuatro patas destrozando todo cuanto encuentran a su paso.

TRES
¡Callen! ¡Callen! Agoreros, aves de mal encanto, pecado de algún dios carente de sentido ¿Pueden los dioses acaso tornarse adversos con quienes guardamos los ritos? ¿¡Hay acaso entre nosotros culpa tan grande que merezcamos el fin o el castigo? Se acercan días de paz y el maíz tendrá vestido nuevo y una nueva voz  el viento.

AYAIMA
Lo huelo en el aroma del cacao que viene cargado de olores extraños, la muerte se ha vestido de antorcha y de su risa destila resina, todo es oscuro y solo ceniza hay en torno mío.

PANAMAY
¿Dónde estará mi guerrero, su pecho cubierto de sudor y el pelo negro jugando al viento?

CORO  DE CUERVOS
Se escuchan ya sus voces maldiciendo a los dioses. Más que sus hijos parecen sus enemigos. Marchemos lejos que en todas partes crece el maíz y siempre habrá un lugar en paz donde esconderse.

UNO
¡Se acercan!

DOS
¡Se acercan!

TRES
Pronto vamos a recibir el mensaje y la historia de los primeros tiempos.

VISITANTE UNO

¡Allí están los malditos!

VISITANTE DOS

¡A ellos! ¡A ellos!

AYAIMA
Todo está oscuro como en la primera noche de los primeros tiempos. Todo está oscuro y solo se oyen las voces malditas.

VISITANTE TRES

¡Creed en Dios! ¡Creed en Dios!

VISITANTE DOS
Tomad el oro y las mujeres y matad a todos los hombres o mejor mandadlos a las minas y a cultivar los campos ahora nuestros en nombre del rey y en nombre de Dios.

VISITANTE TRES
Creed en Dios, en Él está el camino para ser eternos.  Creed en Dios. Él será vuestra esperanza cuando comiencen a apretar las cadenas que hoy les traemos.

VISITANTE UNO
¡Fuego, hierro y látigo!  Es la palabra de nuestro rey y de nuestro Dios y de nuestra gana.

AYAIMA
Todo es oscuro. No se escuchan ya los gritos de los hombres de mi raza, víctimas de los hijos de aquellos dioses que, en el camino de todos los comienzos, les dieron con barro y maíz el secreto oculto tras el vuelo de la vida; todo es oscuro y pasarán siglos antes que haya luz en nuestras reinos del maíz, del viento y del hombre libre.

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