Poco a poco
el mundo de los hombres
se va encogiendo
se va reduciendo a un espacio mínimo
a un rincón oscuro
Las máquinas se están haciendo dueñas
del aire
de la arena
del canto de los niños
y los hombres
orgullosos dioses
de sueños absurdos
se van quedando arrinconados
víctimas de su propio invento
Poco a poco
llegará el día
en que las máquinas ordenen
y los hombres
los antiguos dioses
obedezcan los dictados de los amos
Pero… entonces…
¿Dónde estará el poema?
¿Dónde el temblor de las manos
y los sueños despiertos?
¿Qué será del amor a escondidas
y del beso apasionado?
¿A Dónde irán las esperanzas
y qué podrá hacer la ilusión
dormida y amordazada
por los sueños del silicón y los fotones?
Llegará el día
en que las máquinas destruyan
al hombre
que las ha creado
con lo mejor
o lo peor
de sus sueños
y no podremos entonces
los humanos
mirarnos a los ojos
y saber de pronto
que allí
carnes adentro
habita otro ser
que somos nosotros mismos
partidos en mil pedazos.
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