Nadie quiere
a la familia de María
a la familia de María
Su hija sale a la orilla del río
a vender sus orgasmos
por dinero sencillo
Su hijo
en la escuela
se sienta en un tronco de madera
salido de un árbol que su padre cortó
para que el hijo pudiera
sentarse a escuchar
la voz de la maestra
El esposo de María
corta leña fresca
para alimentar el fogón
en las cocinas ajenas
Y María
barre
limpia
y trapea
sacude
sacude
y despercude
las miserias de las señoras ricas del pueblo
Nadie quiere
a la familia de María
las miserias de las señoras ricas del pueblo
Nadie quiere
a la familia de María
Sin embargo el hijo del alcalde
le entrega sus ternuras
a la hija de María
allá en las orillas
empantanadas del río
El general
en su oficina
cubierta de armas y cadáveres ambulantes
ama profundamente
al hijo de María
incluso lo llama dulcemente
mi pequeño falso positivo
El hombre más amado
del pueblo
es el esposo de María
el concejo
casi ordena hacerle una estatua
en el parque principal
porque gracias a los árboles que derriba
los chicos no necesitan pupitres en la escuela
y los dineros se escabullen
a unas cuentas allá en el extranjero
A María la adoran
las señoras del pueblo
porque sus casa refulgen
a cambio de nada
sólo un plato de comida
para calmar el hambre
de sus seres queridos
en las noches de hambre y soledad
en el rancho encendido
La vida es una paradoja
nadie ama
a la familia de María.
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ResponderEliminarQue historia tan triste pero tan hermosamente escrita
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