miércoles, 9 de noviembre de 2016

EL DÍA EN QUE AL FIN ESTALLEN LAS BOMBAS

El día
En que al fin estallen las bombas
De nada le valdrá al juez su autoridad
Ni al agiotista el haber recogido toda la ganancia
Ni al lustrabotas toda una vida dando brillo al cuero
Ni al sacerdote sus dineros ni reliquias
Ni a los niños el ser dueños de la inocencia


Todos quedaremos estáticos
Igualados por la muerte
Tendrá poca importancia
El haber sido un orate
O un médico
O un vendedor de promesas
O un funcionario corrupto

Todos quedaremos estáticos
Igualados por la muerte
Nadie verá la mueca de sorpresa
Ningún dios recibirá las promesas de los arrepentidos
Ni las últimas oraciones sollozantes

Los rostros desfigurados por la contaminación
Quedarán
Con los ojos desorbitados
Mirando hacia la misericordia de todos los cielos

Los soldados morirán por escuadrones
Y sobre sus cadáveres descansarán
Olvidados de todos
Los cuerpos muertos de las palomas y los insectos

Las mujeres encinta
Abortarán a causa del terror
Y los fetos caminarán sobre la tierra
Con sus monstruosidades agonizando
Bajo el peso de los átomos

Los niños buscarán las manos seguras de sus mayores
Pero sólo hallarán los huesos calcinados
De aquellos que fueron para ellos
Como dioses imposibles de emular

El día
En que al fin estallen las bombas
No vendrá acompañado de signos estelares
Ni cábalas misteriosas y oscuras

El sol saldrá como siempre
Con la esperanza de contemplar al fin
La paz entre los hombres
Los vendedores de periódicos
Madrugarán como siempre
A repartir las noticias frescas
Las gentes que reparten el pan
Y la leche
Y las esperanzas
Y las verduras
Y los sueños
Irán por la calle
Con su canción de alimento
Y en todas las pizarras
Comenzarán a dibujarse las letras
En su lucha perpetua
Por dar constancia de la existencia del hombre
Las muchachas despertarán sonrientes
Tras los amores soñados
Y sembrarán alegrías
En los huertos del alma
En el verde infinito que habita la mañana

Todos quedaremos estáticos
Igualados por la muerte
Y no habrá quien llore sobre las ruinas de la tierra
Solo quedará el sol que mirará asombrado
La gigantesca columna de humo

Y el color gris de la tierra muerta.

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