lunes, 17 de julio de 2017
PALABRA BREVE 39
1
Por cada niño que ríe
hay otro niño que llora
y dos más
que mueren en la guerra
contra el hombre
y contra el hambre
y todavía hay
quienes preguntan
po qué mi voz
lleva
su propia angustia.
2
Tal vez con los años
mi corazón se ha ido
serenando un poco
es posible que comience
a sentirme viejo
o tal vez
es el mundo
que camina
demasiado aprisa
y es difícil
seguirle el ritmo.
3
Nadie está libre
de encontrarse de pronto
con la dura verdad:
de nada sirven los sueños.
4
No sé
por qué canto
pero sí se
que lo hago
porque en ello
me va la vida.
5
No soy siquiera
dueño de mí mismo
que escribo versos.
6
Quise ver el mundo
unos centímetros más abajo
de la condición de la miseria
y habité junto al fogón de leña
y a la ropa recogida
de puerta en puerta
comí en la palma de la mano
mi ración diaria
y conservé sobre mi cuerpo
la mugre de muchos días
sin ilusión y sin motivo
y he vuelto a erguirme
hasta la altura
a la cual me han acostumbrado
pero ahora llevo conmigo
tanta tristeza
que en todo momento
se me encoge el alma.
7
Me preguntas asombrada
si aún conservo
entre mis ritos
el concepto del alma
y yo te pregunto
al mismo tiempo
cuál alma tuya
me hace la pregunta.
8
amigo que habitas
algunos espacios
de esta vida que llevamos
elevo a ti mi voz
en estos momentos
en los cuales la locura
comienza a desatarse
elevo mi voz para pedirte
quietud y silencio
que se roan entre ellos
que se arranquen
las carnes y la vida
no seamos nosotros
fanáticos de ninguna guerra
ni soldados de los ejércitos
de los hombres o los dioses
no salgamos de casa
a defender guerras ajenas.
9
Si la guerra estalla
¡Ojalá que estalle lejos!
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