martes, 13 de junio de 2017
EL PRINCIPIO DEL FIN
Aquello era inaudito, algo inconcebible. Se miró nuevamente las piernas y no pudo evitar sentir el escalofrío de la primera vez. Las que hasta hace unos minutos eran las piernas sobre las cuales había caminado, persiguiendo mujeres y sueños, se habían convertido en unas enormes masas putrefactas que amenazaban con desplomarse sobre el piso, negándose a servir de apoyo al resto del cuerpo que, contrario a lo que pasaba con sus piernas, conservaba la lozanía de la juventud.
Estaba asombrado, en medio del miedo y del temor, y entonces vio llegar a su padre. Una llaga le había surgido en la frente. Podía ver cómo avanzaba, apoderándose de las cejas y del comienzo del cabello. El viejo, con aquella llaga, parecía un Caín bíblico, herido por el trueno de los dioses. su voz
era como un anti trueno, como el último eco humano.
- Dicen que hubo un accidente en no sé qué planta nuclear ultra secreta.
Se abrazaron riendo, como pretendiendo derrotar a la estupidez y la tristeza.
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