jueves, 29 de junio de 2017

ADVINE A LA VIDA COMO FRUTO DE LAS GUERRAS INTESTINAS



Advine a la vida
como fruto
de las guerras intestinas
que azolaban
por aquel entonces
los campos de mi país

En lugar de la llanura verde
miré las terrazas uniformes
de los barrios de gente pobre
y en lugar del riachuelo
que recuerdan los viejos
cuando cuentan sus historias
de tiempos lejanos
vieron mis ojos
el río contaminado
que aun ahora
cuando ya soy viejo
enturbia y mancha
estos lugares
cubiertos de cemento

hijo de una ciudad de provincia
de este continente americano
solo supe de montañas
cuando a ellas me llevaron mis pasos
y el olor del maíz
cuando comienza a germinar semillas
no vino a mis sentidos
sino con el paso del tiempo
cuando ya otros olores
menos agradables y puros
habían matado mi capacidad
de encontrar en cada aroma
el secreto de estar vivo

Tuve
eso sí
calles de concreto
y una acera estrecha
para desgajar en ella
la precaución de mis huellas
y mil máquinas perversas
que me señalaron los caminos
y no me permitieron confiar
en la medida de mis pasos.

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