Morirse
joven del cuerpo
y joven
de la sonrisa
Morirse
cuando aún no empieza
a
desvanecerse
el sueño
de la vida
morirse
joven y salir corriendo
por los
caminos de la nada
con el
paso ágil
y sin
cansancio en la mirada
Morirse
joven como un amigo
que
tuve y que debe estar
ahora
desafiando
a los dioses
con su voz
potente
que en
la materia
ya no
es eco
y ya no
es nada.
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